Quito, 1 may (Andes).-Las centrales sindicales, organizaciones sociales, indígenas, barriales y movimientos políticos, iniciaron una marcha en conmemoración del Día Internacional del Trabajo que se celebra cada 1 de Mayo en todo el mundo, como homenaje a los mártires de Chicago (en EEUU).
Miles de personas se congregaron desde las ocho y media de la mañana en el Parque El Arbolito, con pancartas, banderas, globos y hasta zanqueros para celebrar su día. Esta marcha recorre las calles del centro histórico de Quito y culminará en la Plaza Grande, al pie del Palacio de Carondelet, sede del Gobierno.
Por la coyuntura política que vive el país, a puertas del plebiscito que se realizará el 7 de mayo próximo, la marcha por el Día del Trabajo sirvió para promover las posturas a favor y en contra.
Santiago Yagual, presidente de la Confederación de Trabajadores del Ecuador, dijo que ellos respaldan al Presidente de la Republica, Rafael Correa por haber impulsado el cambio de las estructuras políticas y laborales.
Así mismo, los grupos de oposición al régimen realizaron otra concentración en el Parque El Ejido, al centro norte de Quito, desde donde marcharon desde las 09:00 con dirección a la Plaza de San Francisco, a pocas cuadras de la Plaza Grande, donde se concentran los grupos que apoyan al Gobierno.
Esta marcha está encabezada por las organizaciones políticas como el Movimiento Popular Democrático, Pachakutik, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y los movimientos sindicales como el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) y la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas Unitarias de Trabajadores (Cedocut).
Además de reclamar los derechos de los trabajadores, la multitudinaria marcha expresó su rechazo a la Consulta Popular por considerarla ilegítima e inconstitucional.
Humberto Cholango, presidente de la Conaie, señaló que su objetivo es rendir homenaje a los trabajadores del Ecuador y para rechazar “toda la consulta”.
La víspera, el jefe de Estado ecuatoriano, Rafael Correa, saludó a los trabajadores y recordó “los esfuerzos que ha hecho el Gobierno por acabar con la explotación laboral, mejorar los salarios y hacer respetar la repartición de las utilidades”.
El presiente ratificó “el compromiso inclaudicable e irreversible de acabar de una vez por todas con la explotación laboral en este país”.
Durante su informe semanal de labores, recordó que este Gobierno terminó con la tercerización laboral que afectaba los derechos de los trabajadores; así mismo, destacó el incremento del salario básico que pasó de 150 dólares en 2007, a 264 dólares en 2011.
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